La mejora de los márgenes en la producción de carne vacuna de los próximos años deberá venir por el lado de la productividad, dado que la expectativa es que los precios se mantengan relativamente planos, proyectó el especialista de la consultora internacional Gira, Nils Beaumond, en Minas.
Beaumond fue traído a Uruguay por frigorífico San Jacinto para realizar una serie de presentaciones en el interior del país acerca de cuál es la visión de Gira en el mercado internacional de las carnes, con foco en la bovina y ovina.
Para el especialista francés, el consumo de carne bovina en los próximos 10 años va a seguir aumentando fundamentalmente —pero no solo— en China, ya que este país no tiene la capacidad de elevar la producción, cosa que sí hace en el caso del cerdo y el pollo. Otros países del Sudeste asiático también aumentarán la demanda, al igual que Brasil, el África subsahariana y los países de Medio Oriente y el Norte de África.
Más allá de estas favorables expectativas desde el lado de la demanda, para Beaumond “a largo plazo no pienso que haya oportunidades para aumentar los precios de la carne vacuna, porque si aumenta el precio se limitará el consumo. No se puede aumentar en los dos”, aclaró.
Aunque el consumo mundial de carnes crece a una tasa consistente de 2,8% anal en los últimos 50 años, en el caso de la carne bovina y la ovina el aumento es de 1,6% anual, que es el mismo crecimiento de la población, por lo tanto el consumo per capital se ha mantenido estable en los últimos 50 años.
Impulsores de la demanda
Entre las principales fuerzas impulsoras de la demanda, Beaumond citó el crecimiento de la población mundial, fundamentalmente en Asia. La expectativa es que en los próximos 10 años la población mundial aumente en mil millones de personas, lo que implica una demanda adicional de 25 millones de toneladas.
La urbanización es otra de las tendencias que promueve el consumo de carnes, al favorecer la inversión en infraestructura y cadenas de frío.
Por su parte, el crecimiento económico también juega a favor. El especialista citó un trabajo en el que se advierte que en la medida que mejora el poder económico de la población de los países en desarrollo, crece su demanda por carnes. Luego, cuando el poder adquisitivo ya es muy alto, tiende a estabilizarse o se da una ligera caída.
Estrategia país
Beaumond manejó dos posibles estrategias para avanzar en el mercado internacional de las carnes, una en base a productos de alto valor, apuntando a volúmenes relativamente pequeños y precios altos, y otra en el que se apueste a una calidad básica, con mucho volumen y compitiendo a precio. Para el especialista, la estrategia de Uruguay debe pasar claramente por la primera, al ser un país pequeño que se le dificulta la producción de elevados volúmenes.
Opinó que esta estrategia “implica mucho trabajo para mantenerlo y para hacerlo saber a los clientes, mucho esfuerzo de marketing. Se precisa más acción colectiva que individual”.
Fuente: Tardaguila
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