Estiman que con el avance hacia el sur, donde está la mayor área, se lograrán mejores resultados
Las primeras cosechas de trigo y cebada se concretaron como es tradicional en la región litoral norte del país, donde los resultados no fueron buenos. De todos modos, las expectativas se centran en la región litoral sur, donde está la mayor parte del área de esos cultivos y donde se cree que los resultados serán bastante mejores.
El gerente técnico de Agroterra, Gonzalo Reynoso, comentó a El Observador Agropecuario que en las primeras cosechas de trigo y cebada se observaron problemas de DON (toxina de fusarium) elevado en algunas variedades, cargas que fueron rechazadas por la industria.
Ante este panorama las malterías bajaron considerablemente sus exigencias, pasando de una tolerancia de 0,5 partes por millón a 3 partes por millón de DON, y en algunos casos se aceptó hasta con 4 y 5 partes por millón, con la expectativa de que ese problema se revierta cuando se cosechen los lotes del sur, y poder mezclar.
De todos modos, Reynoso indicó que fue un tema que se detectó en los primeros viajes, cebadas sembradas en las primeras fechas y de una variedad puntual, al norte de Young (Río Negro) y en la zona de Quebracho (Paysandú).
El agrónomo agregó que ahora se están cosechando otras variedades, de ciclos más largos, que están teniendo muy buena calidad, con buen nivel de proteína.
Los rendimientos en general no son buenos. Se ubican entre 2.500 y 2.700 kilos por hectárea, llegando a 3.000 kilos en algún caso puntual. “En la medida que pasen los días pueden haber algunas mejoras, el promedio general podría andar en el entorno de 2.800 kilos por hectárea, no espero más que eso”, dijo.
Por otra parte, se cree que el porcentaje de proteína para este nivel de rendimiento será bueno, superior a 11%.
La explicación de los magros resultados en esta campaña de invierno se debe a que no hubo temperaturas muy bajas y además llovió demasiado. Reynoso recordó que en la segunda quincena de mayo no se pudo sembrar por los excesos de agua, mientras que junio fue intermitente, lo que extendió mucho la fecha de siembra.
En agosto y setiembre llovió mucho, en el momento de encañazón del cultivo, el período más complicado, y por eso no sorprendieron estos bajos rendimientos.
El experto de Agroterra comentó además que las espigas se ven muy desparejas, quedaron desincronizadas, con una principal dominando y otras más chicas, tardías. “Cuando el invierno es frío, normal, las espigas son más parejas”, indicó.
Esa disparidad afecta el rendimiento final y también el resultado de la humedad, debido a los granos verdes de las espigas retrasadas, que no maduraron de la misma forma que las principales, pudiendo complicar el recibo de las cargas.
En cuanto al resultado del negocio, Reynoso reconoció que los números de los cultivos de invierno serán totalmente negativos. “Falta casi una tonelada para llegar a los equilibrios de rendimiento para pagar los costos de renta, insumos, servicios y demás. El nivel de equilibrio estará en 3.500 o 3.600 kilos para pagar todas las cuentas”, estimó.
En el último pico importante de precios del trigo en el mercado internacional, en los últimos días de junio y los primeros de julio, varios productores comprometieron una parte de la cebada con las malterías, aprovechando aquellas cifras. Se concretaron negocios a US$ 180 y US$ 200 por tonelada; pero luego las cotizaciones volvieron a bajar, y actualmente vale unos US$ 160.
Reynoso puso el ejemplo de Agroterra, que vendió el 50% del total estimado a cosechar y cree que el precio promedio final quedará en el entorno de US$ 170.
Pero consideró que no muchos productores comprometieron una parte importante de su producción en aquel momento. Estimó que en general se comprometió alrededor de 30% del total, y por lo tanto para esas empresas el precio promedio final será más bajo.
Comienzan en Mercedes
Esta semana comenzaron las primeras cosechas en la zona de Mercedes y la información aún es escasa. Allí también se observaron problemas de calidad en cebada, por bajo calibre, y en trigo por pH bajo, informó a El Observador Agropecuario el gerente técnico de Calmer, Roberto Verdera.
El agrónomo confirmó que hay problemas de fusarium, pero que no es algo generalizado, sino en chacras puntuales. “Los resultados concuerdan con las expectativas, considerando las condiciones muy desfavorables para los cultivos de invierno, mucha lluvia y poco frío, lo que no permitió que enraizaran ni macollaran bien. No hay mucha producción de espigas, son chicas y con granos pequeños. No están los componentes de rendimiento para sacar una buena producción”, opinó.
El partido se define en el sur
Ignacio Foderé, director de Fadisol, también confirmó que las primeras cosechas de trigo y cebada tuvieron rendimientos y calidades muy malas, menor macollaje y la presencia de enfermedades.
Si bien son combinaciones complicadas, insistió en que aún falta cosechar el área más importante, lo que se levantó fue muy poco y fundamentalmente en el norte, donde están los campos de inferior calidad.
“Se habla mucho de las primeras cosechas, pero el área es muy menor. Ya tenemos información de muy buenos rendimientos y calidades en las primeras chacras de Dolores. En cebada tenemos buenas expectativas, considerando lo que fue este año. Si bien hasta ahora hubo recibos muy malos, con poco calibre en algunos casos, ya se ven mejoras importantes en calidad y rendimiento”, destacó.
Se cree que en unos 15 días habrá un panorama más generalizado y mejor información sobre las cosechas de invierno.
Esta será una zafra de invierno muy reducida. Se estima que el área final de trigo fue de unas 180 mil hectáreas, cuando en 2013 hubo casi 600 mil. Ya en cebada el área es estable, porque se siembra solo lo que consumen las malterías, unas 140 mil hectáreas, ese es el área histórica del cultivo.
Sobre el negocio del trigo, Foderé dijo que está con precios internacionales que no son buenos, y sobre todo con estos rendimientos. Por el producto puesto en Montevideo se pagan US$ 170 por tonelada y se cree que este año no se harán negocios de exportación, porque no habrá volumen de producto. Si bien se sabe que el destino será el mercado interno, la definición será entre la industria o para alimentación animal, ambos con valores similares.
Los molinos aún tienen mercadería del año pasado, porque quedaron unas 200 mil toneladas de la zafra anterior, así que se espera estabilidad en materia de precios.
El director de Fadisol descartó problemas en la logística, por el poco volumen de la zafra; y además porque la humedad, por ejemplo, no está siendo un factor complicado, ya que los granos están saliendo bastante secos de las chacras.
Fuente: El Observador
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