La adversidad climática de ese período se hizo evidente en el estado corporal de las vacas al inicio del otoño, el menor peso al destete de los terneros, una escasa posibilidad de acumular reservas de forraje
En el último número de la Revista INIA el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria publicó un informe “orientativo” de los Ing. Agr. José Velazco, Graciela Quintans y el Dr. Gabriel García Pintos con el fin de “repasar algunos conceptos útiles a la ahora de servir con éxito las vacas y vaquillonas del rodeo”.
Los autores explican que “el objetivo del presente artículo es hacer disponibles algunas alternativas tecnológicas generadas y/o adaptadas por la investigación nacional haciendo especial énfasis en los rodeos de cría y asumiendo un escenario productivo comprometido por las condiciones climáticas precedentes. Con la intención de facilitar la comprensión de las recomendaciones, éstas se agrupan cronológicamente”.
El siguiente es el artículo Preparando el próximo entore publicado en la revista de INIA.
PREPARANDO EL PRÓXIMO ENTORE.
Ing. Agr. (PhD) José Ignacio Velazco, Ing. Agr. (PhD) Graciela Quintans, Dr. Gabriel García Pintos – Montevideo – INIA* – Se aproxima una nueva estación de cría para los rodeos bovinos por lo que nos parece pertinente repasar algunos conceptos útiles a la hora de servir con éxito las vacas y vaquillonas del rodeo. Vale la pena aclarar que el contenido de este artículo es orientativo y que se recomienda a los productores procurar asesoramiento para ajustar las sugerencias a sus casos particulares.
El invierno pasó y ha dejado secuelas en los rodeos que son variables a lo largo y ancho del país. Tenemos que recordar las condiciones climáticas en que se dio la parición 2017 y el servicio 2017/2018. La adversidad climática de ese período se hizo evidente en el estado corporal de las vacas al inicio del otoño, el menor peso al destete de los terneros, una escasa posibilidad de acumular reservas de forraje para diferir y una proporción alta de ganados que al diagnóstico presentaron preñeces pequeñas (preñados sobre el final del entore).
Este cuadro de situación ameritó en su momento que desde INIA se formularan algunas recomendaciones de cara al invierno. Todas ellas estribaban en la necesidad de ordenar el rodeo, de priorizar las categorías más jóvenes, redoblar los esfuerzos en la fase de recría y descargar los sistemas de animales en condición comprometida. Dicho de otro modo, la propuesta para el otoño – invierno (de acuerdo a la severidad de la seca de primavera – verano) fue preservar la maquinaria de producción de cara al servicio que está por comenzar.
El objetivo del presente artículo es hacer disponibles algunas alternativas tecnológicas generadas y/o adaptadas por la investigación nacional haciendo especial énfasis en los rodeos de cría y asumiendo un escenario productivo comprometido por las condiciones climáticas precedentes. Con la intención de facilitar la comprensión de las recomendaciones, éstas se agrupan cronológicamente.
LOS PARTOS, PRIMAVERA DE 2018.
En los rodeos en los que además de hacer un diagnóstico de gestación se identificó edad gestacional, o cabeza/cola de preñez, será sencillo saber qué individuos están próximos a parir y cuales parirán más tarde. Es clave determinar la condición corporal al parto y mantener, de ser posible, lotes con similares necesidades (dadas por la edad y condición corporal de las madres y la edad de los terneros). De esta forma se estará adelantando la clasificación de los rodeos para el servicio. Para los ganados que parirán más tarde este año, es muy probable que sea necesario intervenirlos para acortar el anestro posparto y así lograr buenos niveles de preñez.
EL SERVICIO 2018/2019.
De cara al servicio tendremos al menos 4 grupos de animales que requerirán tratamientos diferentes. Ellas son: las vaquillonas y vacas solteras, las vacas de primera cría o segundo entore y dentro de las multíparas, las paridas temprano (cabeza de parición) y las paridas tarde.
VAQUILLONAS Y VACAS SOLTERAS.
Para el caso de las hembras está muy bien documentado por nuestro equipo que su primer invierno (posdestete) es clave en la definición del potencial reproductivo. El invierno de 2017 habrá definido en gran medida el desempeño que observaremos en este servicio. Para orientar, podemos decir que las terneras que experimentan ganancias moderadas de peso durante el primer invierno de vida (10 kg entre inicio y final de invierno) serán mejores hembras de reemplazo para el servicio a los dos años. Si se fue efectivo en alcanzar ganancias moderadas durante el primer invierno, y se evitaron pérdidas de peso durante el segundo invierno, es dable esperar un adecuado desempeño reproductivo durante el servicio.
Aquí vale la pena resaltar que, si bien el primer invierno es el que mejor explica el desempeño reproductivo a los dos años, las condiciones de poco pasto de este invierno pueden haber comprometido la meta de evitar pérdidas de peso. Si la intención es sincronizar e inseminar esta categoría, la valoración objetiva de nivel de ciclicidad es altamente recomendable. Mediante esta valoración se clasifican los animales en función de su aptitud instantánea para la reproducción. Para ello, un palpador entrenado o un ecografista hacen la valoración de las estructuras ováricas identificando animales anéstricos y ciclando. En el caso de tener una alta proporción de animales ciclando, es posible sincronizar e inseminar los animales concentrando concepciones al inicio de la estación de servicio.
En caso de que la proporción de animales ciclando sea baja, deben contemplarse otras opciones de manejo que intenten inducir la ovulación (ej. Inseminación a tiempo fijo, incremento del nivel alimenticio, monta natural, etc.). Lo anterior aplica también a vacas que llegan al servicio sin cría al pie (solteras).
VACAS DE PRIMERA CRÍA.
Las vacas de primera cría son, en términos generales, las que registran los peores indicadores reproductivos por tratarse de animales que a la vez de sostener una gestación (la primera), deben seguir creciendo, producir leche y reactivar su actividad reproductiva. En situaciones ideales, intentamos que esta categoría llegue a la parición en condición corporal superior a las vacas multíparas. La recomendación que hicimos en otoño con relación a esta categoría (atención diferencial de las vaquillonas preñadas) promovía la priorización de estos animales a la hora de asignar recursos forrajeros. Si al parto la condición corporal es inferior a 4, el anestro posparto será tan largo que difícilmente se preñe en el siguiente servicio.
La alternativa tecnológica más adecuada para acortar el largo del anestro posparto en esta categoría en baja condición corporal es el destete precoz. Datos de la investigación nacional indican que, en años normales, un destete precoz realizado a vacas de primera cría paridas en condición corporal 4 o menos incrementa significativamente la probabilidad de repetir preñez si se realiza al menos 40 días antes de retirar los toros.
VACAS ADULTAS (MULTÍPARAS) PARIDAS TEMPRANO.
Si bien está reportado que en nuestras condiciones las vacas crecen hasta los 5 o 6 años, a los efectos del presente análisis asumiremos que los requerimientos para seguir creciendo son bajos después del segundo parto. La condición corporal al parto es también clave en vacas, ya que define la producción de leche durante la lactancia y el largo del anestro posparto. Las herramientas para acortar el anestro posparto en esta categoría están ampliamente documentadas por la investigación nacional. Los factores que lo afectan en mayor medida son: i) la condición corporal al parto, ii) la nutrición posparto y iii) el amamantamiento.
La condición corporal al parto viene dada por la condición corporal en el otoño anterior y la severidad de la pérdida de peso durante el invierno (ambas comprometidas por las características climáticas). La nutrición posparto estará determinada por la capacidad de ofrecer mejores pasturas, en cantidad y calidad, lo que también está fuertemente influenciado por el efecto año. El efecto del amamantamiento está compuesto por el efecto directo que ejerce el ternero al mamar (removiendo recursos en forma de leche materna) y el vínculo que se establece por la sola presencia del ternero al pie de la madre. Ambos efectos actúan de forma simultánea, dando una señal muy fuerte a la vaca que inhibe la ovulación.
A los efectos de acortar el anestro posparto, y teniendo en cuenta la condición corporal de las vacas, se puede interrumpir la lactancia de modo temporal o definitivo. La interrupción definitiva de la lactación no es más que el destete anticipado o precoz, mientras que la interrupción temporal se puede realizar mediante la colocación de tablillas nasales a los terneros por 11 a 14 días, o bien separándolos físicamente de las madres por un periodo similar. El destete temporario con tablilla nasal es una técnica sencilla y de fácil implementación en condiciones extensivas. La tablilla nasal se coloca en terneros de al menos 60 días de edad, por lo que el control al momento de la parición es clave para conocer la edad de los terneros. Durante el tiempo que se aplique la tablilla nasal, el ternero se mantiene al pie de la madre no requiriendo tratamiento diferencial. No es una técnica recomendada para vacas en baja condición corporal y correctamente aplicada incrementa la preñez entre 10 y 30 puntos porcentuales.
VACAS ADULTAS (MULTÍPARAS) PARIDAS TARDE.
En el caso de vacas que van a parir tarde, y que por ende tendrán menos tiempo para recuperarse y volver a ovular, las opciones se reducen. Una ventaja que podrían tener estas vacas es que al parto puede que hayan recuperado condición corporal (último tercio de gestación en primavera) lo que permitiría aplicar alguna técnica de control de amamantamiento, en función de la condición corporal al parto y la disponibilidad de forraje posparto y durante el servicio. En esta categoría, y en este año en particular, el monitoreo de entore puede ser la herramienta de diagnóstico que defina la intensidad de la intervención necesaria para lograr preñar a las vacas. En esta categoría la carrera es contra el tiempo, por lo que una decisión tomada en forma oportuna puede definir el éxito o el fracaso medido en porcentaje de preñez.
El monitoreo de entore es un diagnóstico instantáneo que indica en qué estado relativo a su ciclicidad se encuentran las vacas. Debe realizarse temprano en el entore, de modo que una vez decididos a intervenir, la intervención se realice con tiempo suficiente para cosechar los efectos sin necesidad de extender el entore. Es así que, a través de una ecografía ovárica, se categorizan los animales en 4 estados: anestro profundo, anestro superficial, ciclando o preñado. La información de la investigación y de los datos presentados por los médicos veterinarios en el marco del Taller de Diagnósticos de Gestación, demuestra que la aplicación del destete precoz a vacas en anestro profundo y del destete temporario a vacas en anestro superficial, incrementa sustancialmente las probabilidades de preñez. Todo lo antes expuesto aplica previa valoración de la condición corporal, el estado de las pasturas y las perspectivas del clima.
Hasta aquí hemos desarrollado algunas consideraciones para el año en curso de cara al entore. Sin embargo, es importante remarcar que hay determinados manejos que deben realizarse rutinariamente. Entre ellos la selección, revisión y manejo de toros.
SELECCIÓN, REVISIÓN Y PREPARACIÓN DE LOS TOROS.
A la hora de seleccionar reproductores (ya sea toros o semen para inseminación artificial) es altamente recomendable elegir individuos por sus datos objetivos.
Para ello, en Uruguay disponemos de la estimación del mérito genético a través de la Diferencia Esperada en la Progenie (EPD o DEP por su sigla en inglés) para las razas mayoritarias del rodeo nacional. Esto permite comparar individuos de una misma raza criados en ambientes diferentes ofreciendo una predicción de las características que tendrá su descendencia. Algunas de las características que se evalúan son: el peso al nacimiento, al destete, a los 18 meses, aptitud carnicera, habilidad lechera y, más recientemente, peso adulto. De acuerdo a la combinación de características que necesitamos afectar será la elección, por lo que no existe un toro que sea mejor a todos. Recordemos que la intención del mejoramiento genético es mejorar más de una característica a la vez.
Previo al servicio es necesario conocer la aptitud de los toros con los que se va a trabajar. Esta tarea debe realizarse con tiempo suficiente para poder tomar las decisiones de reemplazo a tiempo. La revisión del toro comenzará por la valoración de su estado corporal, siendo desaconsejable la excesiva preparación ya que el exceso de grasa puede actuar como inhibidor de la líbido o afectar la fertilidad. También se revisará la dentición y visión, descartándose los individuos con lesiones o dentición incompleta, ya que se podría ver comprometido su desempeño durante el servicio.
Una vez evaluados físicamente, se realiza la revisión de los órganos reproductivos, descartando todo animal que presente patologías que comprometan su normal desempeño como reproductor. En los animales aptos físicamente se realiza el diagnóstico de enfermedades de la reproducción (a través de raspaje y análisis en laboratorio). Es altamente recomendable realizar una valoración de la calidad del semen, así como la aptitud de monta y capacidad de servicio. En lo que a preparación respecta, recordar que la espermatogénesis comienza 60 días antes, por lo que se sugiere que el manejo, tanto sanitario como alimenticio, se realice con suficiente anterioridad al servicio. Por más información contacte a su veterinario de confianza.
DATO. Para aquellos a los que le interese profundizar en los temas planteados u otros de cría vacuna, sugerimos las Series Técnicas 174 y 208 y las diversas cartillas que se pueden descargar desde la página institucional www.inia.uy.
(*) LOS AUTORES. Ing. Agr. (PhD) José Ignacio Velazco, Ing. Agr. (PhD) Graciela Quintans, pertenecen al Programa Nacional de Producción de Carne y Lana. El Dr. Gabriel García Pintos es presidente del Grupo Cría.
(Fotos de INIA).
Fuente: Todo el Campo
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