El bioquímico Richard John Roberts (foto) participó en el II Congreso Pobreza y Hambre para “desmontar” las críticas a la “modificación genética de los cultivos”.
Mónica Ros – Valencia – Levante – TodoElCampo – Mientras el Premio Nobel de Medicina Richard John Roberts defiende el desarrollo, uso y cultivo de alimentos transgénicos, virus, bacterias y plagas siguen arrasando plantaciones enteras con miles de hectáreas en el tercer mundo.
La campaña de defensa de los alimentos transgénicos que lidera Roberts lleva en marcha desde el año pasado, cuando 119 premios Nobel decidieron firmar una carta para defender el desarrollo de alimentos transgénicos producidos a partir de un organismo mediante ingeniería genética, ya que “minimiza las plagas, pueden germinar en climas y suelos adversos y suponen una herramienta clave para erradicar el hambre en el mundo”.
Es competencia de cada país aprobar o no el uso de esos cultivos transgénicos, aunque en algunos estados “son los propios agricultores los que toman la decisión de utilizar estas plantas”, explicó el premio Nobel de Medicina.
De esta forma, Richard John Roberts continúa con la difusión de un mensaje que ya ha llegado hasta el papa Francisco. “Desde 2002, 15 millones de niños en el mundo han muerto por falta de vitamina A, un problema que se resuelve con alimentos transgénicos. ¿Cuántos niños más tienen que morir? El que no quiera tomar productos transgénicos que no lo haga, pero que no digan que son peligrosos porque eso es falso. Necesitamos el apoyo de personas relevantes. Por eso hemos acudido a la Iglesia para que el papa Francisco apoye los transgénicos que pueden acabar con el hambre en el mundo. Conseguir ese apoyo sería un gran éxito», explicó el científico. Además, aseguró que para resolver el problema del hambre en el mundo hace falta “más ciencia en la política y menos política en la ciencia”.
PNENTE DE EXCEPCIÓN.
Richard –que ya defendió el año pasado esta teoría en el Congreso Internacional sobre Pobreza y Hambre, organizado por la Universidad Católica de Valencia– regresó al mismo lugar para participar en el II Congreso e intentar, así, contrarrestar la teoría de entidades ecologistas como Greenpeace que arremeten contra “los daños irreparables en la biodiversidad y los ecosistemas” de países del tercer mundo que utilizan “como conejillos de indias”.
Richard John Roberts lo niega rotundamente, se lleva las manos a la cabeza e insta a gobiernos, políticos y vecinos a escuchar “lo que dicen los científicos” porque “sus declaraciones no tienen rigor y condenan a los países del tercer mundo a seguir en la miseria”.
Sin embargo, entre el discurso del año pasado, y el que tuvo lugar (esta semana) en la misma sede de la Universidad Católica “lo único que ha cambiado es el desarrollo de más plagas y cultivos dañados. La primera novedad es la de la banana, en Uganda, que se resuelve con un transgénico. Esta enfermedad estaba acabando con todos los cultivos de banana en Uganda, pero hace tres días el parlamento aprobó una legislación que autoriza el uso de los transgénicos resistentes a esa enfermedad. En Bangladesh también se ha autorizado el uso de la berenjena Bt, que es transgénica, para evitar la enfermedad que acaba con esta verdura. Y luego también está la posibilidad de luchar contra una enfermedad que traslada el gusano del maíz que afecta al África subsahariana y también se puede resolver con un maíz transgénico”.
Fuente: Todo el campo. Nota original de Levante, El Mercantil Valenciano, España.
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