Uruguay sigue siendo un mercado prioritario para los turcos: “Es cuestión de tiempo”.
Guillermo Crampet
Las turbulencias comerciales con Turquía han sido habituales desde la apertura del mercado en abril de 2005: primero con complicaciones en los permisos de exportación, después por asuntos internos de ese país y ahora por conflictos políticos y económicos con Estados Unidos.
Posiblemente este último ha tenido mayor impacto frente a otros momentos de dificultades, principalmente porque ha sido un golpe directo a las expectativas de los productores que gozaban de un negocio que dinamizó al sector criador.
Antecedentes.
Uruguay ha exportado 269.908 animales vivos a Turquía entre enero y septiembre de este año a un precio FOB de US$ 2,54 por kilo en pie, generando una facturación de US$ 165,7 millones, según publicó en un informe la Consultora APEO.
En junio se registró un máximo histórico con 85.713 vacunos saliendo por las fronteras del país, seguido por agosto con 66.899 cabezas. Pero en septiembre, a raíz de una fuerte devaluación de la lira frente al dólar, que acumuló un 67% en el año, el ritmo exportador se cortó y no se registraron volúmenes de comercio.
El freno de la actividad generó preocupación en los ganaderos, los precios ofrecidos por las empresas exportadoras para comprar terneros pasaron de US$ 2,20 a US$ 1,85/kilo y muchos criadores decidieron capar para asegurar su negocio ante la incertidumbre instalada.
Nicolás Albertoni, investigador senior del centro de Seguridad y Política Económica de la Universidad del Sur de California de los Estados Unidos, dijo a Rurales El País que la situación de Turquía es “compleja”, especialmente por la diversidad de frentes a solucionar en el corto plazo a cargo del presidente turco Tayyip Erdogan.
Entiende que los frentes son económicos, como está sucediendo con varias economías emergentes endeudadas, pero también políticos. “Este segundo factor es el diferencial del caso Turquía. De aquí que la recuperación de la lira turca puede ser más lenta que la recuperación de otros mercados emergentes que pasan hoy por situaciones económicas similares a las de Erdogan”, resaltó.
Aseguró que la inestabilidad económica global, con el agregado que la reserva federal de los Estados Unidos seguirá aumentando las tasas de interés, algo que no favorece a las economías emergentes endeudadas en dólares; hace casi imposible cerrar negocios en donde los márgenes son justos. Albertoni destacó que “puede ser en cuestión de horas que un negocio que parecía rentable caiga por la fluctuación que está teniendo la moneda actualmente. Esto es muy complejo para vendedores y compradores”.
También dijo que Turquía es un país que, a diferencia de Argentina, está hoy enfrentada a los Estados Unidos. Y recordó que estos dos países por los últimos 70 años han sido aliados, pero el revisionismo comercial que propone Trump más la negativa que mostró Erdogan a esta visión unilateral de los norteamericanos, hicieron que el relacionamiento entre ambos empeore en los últimos meses.
A pesar del contexto político, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) realizó en octubre un reporte sobre producción y comercio mundial de carnes y animales en pie, donde prevé que Turquía importaría un millón de vacunos para 2019, unos 200 mil bovinos menos versus las proyecciones del 2018.
Proyección.
Para Rafael Tardáguila, analista de los mercados mundiales de carne y director de Faxcarne, el informe del USDA consolida a Turquía con una importante cantidad de animales a importar, aunque dejaría una vertiginosa escalada desde 2014 a la fecha, cuando pasó de comprar 50 mil a 1,2 millones de cabezas estimadas para el cierre de este año.
El experto considera “factible” que los turcos moderen la corriente importadora de acuerdo con los problemas políticos y económicos que experimenta, sin embargo resaltó que se proyectan volúmenes de compras interesantes. “Uruguay es uno de los principales proveedores de vacunos en pie a ese país y no sería irracional que el país envíe a unos 320 mil animales a Turquía en 2019, más si se tiene en cuenta que cerrará el 2018 con unas 380 mil cabezas vendidas”. Y agregó: “Son números relevantes que, de confirmarse, da tranquilidad al sector criador”.
Cuestión de tiempo.
Un exportador, dedicado a la venta de animales en pie desde Uruguay y Brasil a Turquía, aseguró a El País que con la liberación de Andrew Brunson, el pastor evangélico estadounidense que Turquía tenía en prisión hace dos años por denuncias de espionaje, la lira comenzó un proceso de fortalecimiento y se reiniciaron las negociaciones de comercio con EEUU, que había suspendido las compras de acero y aluminio. Elementos que permiten visualizar un mercado con “optimismo y expectativas”.
Dijo que Turquía, un país de 50 millones de habitantes, “necesita consumir carne”. Además, aseguró que hoy se están completando negocios previamente acordados entre el Gobierno y exportadores, y también las empresas privadas, que están habilitadas a importar desde Uruguay, tienen “muchas intenciones de comprar”.
Con las incertidumbres económicas y un dólar por encima de las 6 liras semanas atrás, declaró que los importadores pretendían comprar con un financiamiento de 60 a 90 días una vez llegado el ganado a Turquía, opción que fue analizada por las empresas de gran porte. Sin embargo las recientes correcciones cambiarias han enfriado esa idea y entienden que se podrá comprar y vender sin necesidad de entregar los animales con plazos en el pago.
De todas maneras, la fuente consultada dijo que se ha definido un máximo de US$ 2 por kilo para comprar teneros en los campos. También es consciente que se está ingresando a una época del año donde se registrará un descenso natural de oferta. “Hasta fin de año se sacarán dos o tres barcos más y después se deberá esperar hasta marzo del 2019”, sumó.
El exportador destacó un aspecto que considera vital y es la preferencia de Turquía por animales de Uruguay frente a Brasil, más allá de la diferencia de precios. “Hoy Brasil tiene un ganado muy barato, se ofrecen terneros a 4,80 o 5 reales y aun así las cuarentenas están vacías y otras trabajando a media máquina. Es claro que un nicho de mercado turco prefiere comprar en Uruguay y eso resulta muy auspicioso”.
“Uruguay seguirá siendo un mercado prioritario. Es cuestión de tiempo, han pasado muchos problemas en la historia comercial entre ambos países, pero siempre volvió a la normalidad. No puedo determinar fechas, pero sí transmitir que en breve todo volverá a la normalidad y seguramente vendrá con gran impulso”, dijo.
Fuente: El País
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