Hace un año “muchos de los ganaderos estaban prácticamente con un 50 % del plato de comida”, pero “hoy muchos de los establecimientos están con un 120 %, tienen un 20 % más de pasto de lo que estarían necesitando. Esa es una condición muy buena porque vamos a entrar al invierno con pasto”.
El Ing. Agr. Marcelo Pereira del Instituto Plan Agropecuario dijo que las pasturas presentan un estado que contrasta con las de hace un año. Recordó que el año pasado los campos ofrecían el 50 % de la comida que requiere el ganado, pero hoy muchos establecimientos tienen un 20 % más de pasto de lo que necesitan, por lo que la “condición muy buena” y “vamos a entrar al invierno con pasto”. “Este año en algunos establecimientos del norte la tasa de crecimiento de pasto fue hasta un 52 % por encima de lo normal”, añadió.
Expresó que el Plan Agropecuario y el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) están desarrollando un proyecto FPTA (Fondo de Promoción de Tecnología Agropecuaria) monitoreando 23 establecimientos en los que se observa que se está dando “una situación contrastante con el año pasado”.
Explicó que el trabajo se realiza con un indicador con el que se mide “la cantidad de pasto que hay, medimos los comensales y se saca un indicador que es muy simple pero muy robusto que es el tamaño del plato que tienen los animales. Cuando tienen el 100 % quiere decir que hay pasto como para cumplir los requerimientos de acuerdo a los objetivos que se fijaron los productores, cuando hay menos es que está faltando el pasto y cuando hay más de 100 es que hay excedente”.
“El año pasado en esta época muchos de los ganaderos estaban prácticamente con un 50 % del plato de comida”, pero “hoy muchos de los establecimientos están con un 120 %, o sea que tienen un 20 % más de pasto de lo que estarían necesitando. Esa es una condición muy buena porque vamos a entrar al invierno con pasto”, aseguró.
Eso marca “una condición bien diferente respecto al año pasado y otros años en los que el país está sobrecargado” lo que “determina que cualquier estrés hídrico lleva a que entremos (al invierno) con poco pasto”. Pero “este año en algunos establecimientos del norte la tasa de crecimiento de pasto fue hasta un 52 % por encima de lo normal, entonces se generó muchísimo pasto que hace que estemos con altura de pasto en el entorno de los 6 centímetros de acuerdo a estos 23 establecimientos” que se monitorean. Estamos hablando de “bastante pasto”, destacó.
“ES BUENO CERRAR ALGÚN POTRERO” Y “DIFERIR PASTO AL INVIERNO”.
La disponibilidad de pasto nos da la posibilidad de mejorar el manejo. “Cuando se tiene pasto en otoño es bueno cerrar algún potrero, bajarlo, y dejar que crezca el pasto. Es decir diferir pasto del otoño al invierno porque el invierno siempre tiene bajas tasas de crecimiento” y como “el pasto no crece es bueno trasladar forraje de calidad al invierno”, recomendó el Ing. Pereira.
“Este año tenemos la oportunidad –ya tendríamos que haber empezado antes– de cerrar algún potrero en el otoño, acondicionarlo, dejarlo crecer y trasladar forraje de calidad”, subrayó.
“Este año podemos cerrar potreros en otoño porque llovió y tenemos mucho pasto, eso debemos instrumentarlo”, es lo que “llamamos un módulo de prevención de crisis forrajera”.
PASTOREO RACIONAL VOISIN.
Sobre el sistema Voisin el Ing. Pereira dijo que es algo sobre lo que se está trabajando en el Plan Agropecuario.
“La retórica siempre ha confrontado el pastorea continuo con el pastoreo rotativo y eso es lo que no queremos hacer. La visión del Plan Agropecuario es complementaria”, esto es que “es normal que en los establecimientos ganaderos coexistan diferentes sistemas o métodos de pastoreo”.
Consideró que “muchas veces se compara un buen pastoreo rotativo con un mal pastoreo continuo, incluso se sabe que el rotativo anda mejor en algún lado que en otro, o sea hay comunidades vegetales que responden más que otras. Es cierto que todas las comunidades vegetales responden, pero lo hacen en diferente medida”.
Pereira agregó que “el pastoreo rotativo tiene mucho más respuesta en sistemas semiáridos” pero “depende de la escala” porque “en general tiene más respuesta cuando la escala es más grande y aparecen fenómenos de heterogeneidad. No es lo mismo comparar un pastoreo rotativo en 40 que en mil o dos mil hectáreas porque hay fenómenos de escala. En resumen: hay comunidades muy productivas que responden al pastoreo voisin, y hay otras que no”, enfatizó
“En la zona del basalto cristalino o sierras con suelo muy superficial (…) la mejor estrategia es el pastoreo continuo con carga ajustada. La gente en general habla mal del pastoreo continuo, pero de lo que sí hay que hablar mal es del pastoreo continuo con sobrecarga”, señaló, y agregó que “el pastoreo continuo con carga ajustada es una muy buena herramienta y eso puede ser una solución”.
“Ahora bien, el voisin en comunidades de alto potencial anda muy bien, se produce más y hay aumento de producción”. Pero “lo importante” es que estos temas “se hablen con transparencia y con datos” reales, “no con información anecdótica, porque cuando se dice que la producción se multiplicó por cinco eso no es así, salvo que se parta de una producción extremadamente baja”.
“Lo que sí es malo es el pastoreo continuo con sobrecarga, eso sí degrada a las pasturas”, concluyó.
Producción periodística: Estela Apollonio.
Redacción, edición: Hébert Dell’Onte Larrosa.
Fuente: Todo el Campo
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