La falta de agua, apenas amortiguada por las lluvias de esta semana pero con 15 días de casi ausencia de precipitaciones por delante, derrumba las proyecciones de rendimiento, que pasan a un eje de 2.000 kilos, si se confirman los pronósticos actuales.
Es difícil estimar la producción de soja. Las proyecciones varían según cuánto sea finalmente el área cosechada, que va desde 1 a 1,2 millones de hectáreas, pero hay chacras que se han perdido y pueden perderse más.
Se puede proyectar una producción de aproximadamente 2,3 millones de toneladas, 30% por debajo del récord de 3,3 millones de toneladas de la zafra anterior.
El precio de la oleaginosa es el que puede de alguna manera “amortiguar” esta caída de un millón de toneladas de producción. Los valores locales han alcanzado su máximo esta semana ubicándose en US$ 375 la tonelada. Dada la grave situación, especialmente en Argentina, los precios en Chicago alcanzaron esta semana un máximo en seis meses. Pero aún así los números están muy justos, la estructura de costos es muy elevada y la soja debe pagar las cuentas de los cultivos de invierno.
Según Esteban Hoffman –el director de Unicampo y docente de la Facultad de Agronomía–, “actualmente, sin la renta, el costo promedio de una soja de primera es de US$ 600 a US$ 650 por hetárea (dependiendo del costo de coberturas y el control de malezas)”. Con 2.000 kilos apenas queda un margen, pero que no permite enfrentar el pago de un campo alquilado.
El rendimiento que se debe obtener para igualar los costos de producción –rendimiento de equilibrio– teniendo en cuenta un precio de US$ 370 por tonelada y un costo total del cultivo de US$ 650 la tonelada sin renta rondaría los 1.700 a 1.800 kg/ha.
Con renta, considerando unos US$ 250 a US$ 300 la hectárea, sería de 2.300 a 2.400 kg/ha.
“Se perdió mucho, hay 1.000 kilos de rendimiento perdidos y muchas chacras que no se van a cosechar. Hay que ver cómo continua, pero va a ser uno de los años malos, cercano a las peores zafras en los últimos 10 años, las de 2008/2009 o 2010/2011”, dijo.
Gabriel Carballal, productor agrícola de Soriano, comentó que la oleaginosa “no va a alcanzar el promedio de los últimos cinco años (2.450 kg/ha) y ya hay alguna chacra que no se va a cosechar”.
“El problema más grande de este año es la productividad, el impacto del mayor precio no se va a poder aprovechar, no nos animamos a vender y vamos a sacar pocos kilos. Lo que sí se está trabajando es la construcción de precios con los mercados de futuros, pero no cambia el número”, complementó.
La sequía que castiga la producción de soja de Argentina y Uruguay y las abundantes precipitaciones en Brasil que ponen en duda las proyecciones de producción (con cuestionada calidad) sacudieron el mercado en Chicago, lo que amortigua el efecto que la baja en la producción tiene sobre la facturación. Argentina hizo la siembra pensando en cosechar 60 millones de toneladas y se teme que termine en 50 millones (ver en la página 7).
El poroto de soja alcanzó esta semana los US$ 388 la tonelada (posición de julio) en Chicago y había empezado sobre los US$ 360 en los primeros días de enero.
Primeras dañadas, segundas en suspenso
En esta zafra, la soja de primera ocupa aproximadamente el 70% del área sembrada con la oleaginosa en Uruguay y es la más afectada, por atravesar su período de mayores requerimientos de agua, el comienzo del llenado de grano, en déficit hídrico.
La soja de segunda, que ocupa el resto, tiene más chance luego de estas lluvias y puede lograr un rendimiento aceptable, siempre y cuando el suelo tenga agua disponible. Tal vez una mínima revancha para productores que ya perdieron dinero con los cultivos de invierno –trigo y cebada–, que no tuvieron el frío necesario para su desarrollo. En términos generales, a la agricultura se le viene el sacudón de dos malas cosechas consecutivas.
Al déficit hídrico actual se suma un pronóstico que no prevé lluvias importantes para los próximos días.
El Instituto Uruguayo de Meteorología y la Facultad de Ciencias publicaron las perspectivas climáticas para el trimestre febrero-abril en el que proyectan lluvias por debajo de lo normal en todo el país con déficits mayores a 30%.
La región al norte del río Negro y suroeste del país registraron los mayores déficits de precipitaciones, alcanzando valores mayores a 60% en Tacuarembó.
El Instituto Internacional de Investigación en Clima y Sociedad de la Universidad de Columbia (IRI) actualizó su pronóstico para el trimestre marzo-mayo en el que prevé un 40% de probabilidad de lluvias por debajo de lo normal en la zona norte de Uruguay, ya con la misma probabilidad de registrar temperaturas por encima de lo normal. El pronóstico a mitad de semana muestra que las precipitaciones son casi nulas hasta el 8 de marzo.
En resumen, en su millón de hectáreas de soja, el rendimiento quedará cerca de 1.000 kilos por debajo del rendimiento del año pasado, y en realidad el área cosechada también será menor. Así, Uruguay se encamina a producir un millón de toneladas menos de soja, lo que se traduce en una pérdida de exportaciones de US$ 315 millones, una piedra más en el zapato, un dolor de cabeza más.
Maíz y sorgo también dañados
Los daños no son solo en soja. Aunque Uruguay es el país del mundo con más proporción de soja en los cultivos de verano, en el caso de las gramíneas de verano (maíz y sorgo) la situación también es desalentadora. Los rendimientos de esta zafra son aún difíciles de estimar, pero sin lugar a dudas estarán por debajo de los promedios de los últimos cinco años: 5.700 kg/ha y 4.100 kg por ha para maíz y sorgo, respectivamente (según datos de DIEA). Por otra parte, serán incomparablemente menores a los del año pasado, que con un verano lluvioso marcó producciones destacadas.
“Una parte importante del maíz de primera sembrado se picó, porque había lugares que no llegaban a los 2.000 kg/ha de rendimiento. El maíz de segunda, como está sembrado tarde, puede repuntar un poco su rendimiento si se concretan lluvias. Pero sin duda va a ser uno de los años malos de este cultivo. Aunque haya más área de riego y el mejoramiento genético aumente los rendimientos, no creo que llegue a 4.000 kg/ha”, explicó Hoffman.
Similar situación es la del sorgo, aunque tenga una mayor resistencia al déficit hídrico los rendimientos promedio se estiman en el eje de los 3.500 kg/ha.
Hay poca área de maíz y sorgo, con rendimientos promedios inferiores a los de la zafra anterior, por ende una baja producción de grano y un aumento de la demanda por la sequía, lo que aumentará las importaciones, otro problema. Todo un desafío para un invierno que será difícil para la ganadería y que deberá apoyarse más que el año pasado en grano importado.
Segundo año de crisis en Argentina
Más de tres meses de clima seco dejaron a la mayoría de los campos argentinos con soja en condiciones de malas a muy malas, citó la Bolsa de Granos de Buenos Aires en su informe del jueves 15 de febrero.
Con pocas posibilidades de lluvias a corto plazo, el 56% de la cosecha de 2017/2018 ha sido dañada por una sequía de tres meses. La Bolsa de Comercio de Rosario y la Bolsa de Cereales de Buenos Aires bajaron a 50 millones de toneladas su pronóstico de producción, desde 51 millones calculados previamente. Y si esas condiciones continúan la producción podría reducirse a 47 millones de toneladas, 10 millones de toneladas menos que los 55 millones de toneladas de producción de la zafra anterior, que ya había sido mala por inundaciones, según estimaciones del Ministerio de Agroindustria.
La soja de primera se perfila con rendimientos de 3.300 kg/ha, 18% por debajo de los 4.000 kg/ha del año pasado, mientras que la expectativa en la soja de segunda se desmorona a 2.000 kg/ha.
Los cultivos de soja en Argentina en peores condiciones son los ubicados en el extremo sur de Santa Fe y en el extremo norte de Buenos Aires, los que reducirían su producción en 3,8 millones de toneladas, con 1,2 millones de hectáreas del cultivo en estado malo a regular.
Respecto de las lluvias, la Bolsa de Comercio de Rosario brindó un panorama crítico sobre la cobertura en la zona núcleo, donde la sequía avanzó al 65%. En la última semana, en esta zona solo un 12% del área recibió lluvias por encima de los 30 milímetros. En Buenos Aires, las lluvias por encima de ese registro se observaron tan solo en el 17% del área.
“En Buenos Aires, el promedio de lluvias de los últimos tres meses y medio es 190 milímetros, la tercera parte de lo que necesita el cultivo de soja, que son 500 a 600 milímetros. El centro de Buenos Aries solo recibió de 100 a 140 milímetros”, indicó el reporte. Al igual que en Uruguay, los pronósticos no son para nada alentadores.
Mientras, en Brasil el problema es el exceso de lluvias, pero ese país tendrá otra gran cosecha. Se estima en 110 millones de toneladas, con un rendimiento promedio de 3.140 kg/ha, apenas por debajo del récord del año pasado.
Fuerte retroceso
Exportaciones. La cosecha de soja de la zafra pasada generó un aumento en volumen exportado e ingreso por exportación del 40,7% y 37,6% respecto al año anterior, respectivamente. Para esta zafra el ingreso por exportaciones se situaría por debajo de los US$ 900 millones, desde los US$ 1.189 millones del 2017.
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