“Aún con la previsión de una buena primavera y un buen verano tenemos que planificar cerrar un potrero, juntar hasta nueve u once centímetros para utilizarlo en diciembre, enero y febrero que es la estación con menor seguridad de que se produzca pasto”
El técnico del Instituto Plan Agropecuario Ing. Agr. Marcelo Pereira propuso que como forma preventiva a la falta de pasto se cierre algún potrero, pero “no cualquiera” sino en condiciones adecuadas para que el pasto que “tiene que sobrar” en el mismo no se quiebre y termine perdiéndose. “Aún con la previsión de una buena primavera y un buen verano tenemos que planificar cerrar un potrero, juntar hasta nueve u once centímetros para utilizarlo en diciembre, enero y febrero que es la estación con menor seguridad de que se produzca pasto”, agregó.
En el último año analizado, de julio 2017 a junio 2018, “en términos generales y salvo para una zona agroecológica como Colinas del Este, las tazas de crecimiento anuales estuvieron por debajo del promedio de los últimos años y esto se acentúa sobre todo en el verano desde diciembre a marzo inclusive, donde se destaca las zonas más afectadas como la cueca del noreste que son los departamentos de Tacuarembó, Rivera y Cerro Largo, y toda la zona del basalto”.
Una de las causas de esa situación “es el déficit hídrico que en la mayoría de los productores desembocó en una crisis forrajera”, agregó.
No obstante ello aclaró que “en las mismas zonas con falta de agua también hubo predios con pasto, y estos lograron salir con ganados bastante fuertes”.
Explicó que los establecimientos en esta situación tuvieron una “carga ajustada y le sobró el pasto en la primavera. Este es un concepto importante: el pasto en primavera debe sobrar y cuando no sobra y viene un déficit hídrico es cuando aparecen las complicaciones”.
MÓDULOS DE PREVENCIÓN DE CRISIS FORRAJERA.
Ante esto último es que estamos “haciendo la propuesta que se llamaMódulos de prevención de crisis forrajera, que en definitiva implica trasladar pasto de la primavera al verano y que el productor genere su seguro de producción y habilite el cierre típico del otoño al invierno”.
“Salimos del invierno con los ganados muy sentidos en términos generales pero con una primavera excelente y promisoria, y el gran desafío va a ser obtener preñeces de calidad en los establecimientos criadores, esto es lograr que las vacas se preñen temprano”, señaló.
Pereira entiende que “la primavera está siendo excelente” y se está produciendo pasto “que está siendo comido por los animales”.
“Nuestra propuesta es que se comiencen a cerrar algún potrero, en el entorno del 10 %”, por “no cualquier potrero, porque el pasto tiene que sobrar pero no en cualquier lado porque si son suelos duros y superficiales ese pasto se quiebra y se vuela”.
Advirtió que “aún con la previsión de una buena primavera y un buen verano tenemos que planificar cerrar un potrero, juntar hasta nueve u once centímetros para utilizarlo en diciembre, enero y febrero que es la estación con menor seguridad de que se produzca pasto”, indicó.
De esa forma el establecimiento podrá “priorizar categorías teniendo como objetivo lograr preñeces de calidad, ya en diciembre podemos priorizar vacas sentidas y reservarlas a ese potrero”, concluyó.
Fuente: Todo el Campo
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