El técnico Gonzalo Invernizzi destacó que el doble cultivo aparece como “levemente más atractivo”, pero sostuvo que las cuatro alternativas que incluyen soja, tienen entre un 1 5% y 20 % de probabilidades de perder plata.
Tras la peor zafra de invierno de los últimos años y los resultados muy complejos de la zafra de verano 2017-2018, la nueva campaña de invierno aparece como desafiante ya que aún los rendimientos de equilibrio están elevados. Luego de la jornada de Cultivos realizada en Mercedes por Fucrea e INIA, denominadaEstrategias para tiempos difíciles, el técnico Gonzalo Invernizzi destacó que el doble cultivo aparece como “levemente más atractivo”, pero sostuvo que las cuatro alternativas que incluyen soja, tienen entre un 1 5% y 20 % de probabilidades de perder plata. Si bien la superficie de doble cultivo aumentará cerca de 18%, la participación del trigo será cada vez menor, según sostuvo el especialista.
La jornada organizada por INIA y Fucrea buscó hacer un resumen de lo que fue la zafra de invierno pasada, pensando en la campaña que se viene, pero sin dejar de lado la problemática de este año de los cultivos de verano. “La idea era ver cómo posicionarnos en cuanto a márgenes en esta campaña de invierno que se viene, analizando todo lo que está ocurriendo con los cultivos de verano”.
En cuanto a la campaña de invierno del año pasado, Invernizzi resaltó que fue uno de los peores años. En lo que refiere a trigo, hubo problemas desde el punto de vista climático, con altas temperaturas durante el invierno, a lo que se sumaron registros de lluvias importantes, lo que provocó la incidencia de más enfermedades. Esto determinó que fuera la segunda peor zafra en cuanto a rendimientos en la historia de Fucrea. “Estuvimos un 22 % por debajo en rendimientos de trigo y 10 % en cebada. Eso pegó muy duro en el resultado económico de los cultivos de invierno” resaltó, recordando que el rendimiento en trigo fue de 2.600 kg/ha, en cebada 2.900 kg/ha y en colza 1.200 kg/ha, lo que representa una caída de 13 % con respecto a la zafra anterior.
“Lo primero que hay que ver es qué es lo que pasa desde el punto de vista financiero porque el ejercicio 17 18 va a ser muy complicado en cuanto a resultado económico.
A esto hay que sumarle que, en los últimos 4 años tuvimos 3 zafras con pérdidas y una sola con ganancias, pero ese año de ganancias no supera ni siquiera el 25% de la pérdida de los últimos 4 años”. Dejando eso de lado, si se analiza lo que depara para la campaña 18-19, con los rendimientos promedios a nivel país y a pesar de que los precios aparentan ser más alentadores, el resultado económico seguiría siendo magro. “Cuando vemos el cultivo de invierno solamente, sin ver el de verano, nos deja entre U$S 70 y U$S 100 de resultado económico negativo. Esto implica un rendimiento de equilibrio bastante alto en torno a los 3.900 kg/ha para trigo. Si vemos la historia, solamente el 30 % de todas las chacras de Fucrea rindió más de 3.900 kg. O sea que es probable que el 70 % del área de trigo tenga resultados negativos”, enfatizó.
Invernizzi agregó que, de todas formas, el doble cultivo aparece como “levemente más atractivo. Estamos estimando un resultado económico 18-19 para soja de primera de U$S 82 y de la secuencia trigo-soja de segunda de U$S 108. O sea que entre uno y otro estamos hablando de un 10 % de rentabilidad.
La combinación cebada- soja da un poco mejor, en el eje de los US$ 130. En tanto, Colzasoja tiene un margen de US$ 185, mientras que en maíz tenemos un resultado negativo de US$ 50”. El técnico sostuvo que a esto hay que sumarle que existen riesgos, y para medirlo, lo mejor es pensar cuál es la probabilidad de que el resultado sea menor a cero.
“Nosotros tenemos un coeficiente de variación de rendimiento y un coeficiente de variación de precios. Analizándolos vemos que las cuatro alternativas que incluyen soja, tienen un 15 % a 20 % de probabilidades de perder plata”. Esto incluye el costo de arrendamiento, impuestos y costos de estructura. Los costos directos no tienen gran variabilidad, según explicó Invernizzi. Solo hay un pequeño aumento de los fertilizantes y de los combustibles que no hacen gran diferencia. “El costo comercial, cuando lo miramos en dólares por tonelada va a ser difícil bajarlo ya que los números de los transportistas están muy finos. En cuanto al costo del arrendamiento, nosotros le adjudicamos un 15 % pero realmente no sabemos cuánto va a ser. Si no empiezan a bajar los arrendamientos, el numero agrícola se va a complicar porque nos va a llevar muchos años poder repechar los malos resultados de las últimos cuatro campañas”.
Para ejemplificar lo que han sido los últimos cuatro años, Invernizzi explicó que en el año 14-15, la hectárea agrícola de Fucrea dio un margen negativo de U$S 230; en el 15-16 el resultado negativo fue de U$S 41/ha; en el 16-17 fue positivo ubicándose en U$S 173 mientras que para este 17-18 proyectan un resultado negativo de U$S183/ ha. “Es probable que nos quedemos cortos, porque lo estimamos con un rendimiento que está por encima de lo que se está sacando”.
Si hacemos la suma de los años de pérdida, es decir los U$S 230, más los U$S 41, más los U$S 183 que se estiman para esta campaña, cada hectárea agrícola tiene restados U$S 450. Si se le suma el año que el margen fue positivo, es decir los U$S 173, da que se necesitan U$S 280/ha para cubrir las pérdidas. “Estamos hablando de que necesitamos sacar U$S 100/ha más de lo que se sacó el año pasado, que fue un año con rendimientos record para soja”.
Sobre la situación de las empresas, Invernizzi sostuvo que, si bien todos los establecimientos manejan un flujo de caja, cuando se observa que se arrastran pérdidas por U$S 280/ha, y que esta zafra tampoco será buena, es probable que se desencadenen una cantidad importante de problemas financieros.
Para cultivos de invierno, desde Fucrea se estima que el área de cebada aumentará 23 %, bajará 1 % el área destinada al trigo, mientras que aumentarán 41 % las oleaginosas de invierno, es decir, la colza y la carinata.
“Lo primero que vemos es un aumento de la superficie doble cultivo que aumentará un 18 %. Vemos que el trigo tiene cada vez menos participación, ganando el cuerpo las cebadas y lo que es colza y carinata, que van a tener un aumento de 40 %”, enfatizó.
En cuanto a la próxima campaña de verano, Invernizzi estimó que el área de soja de primera bajará 8 %, la de segunda aumentará 18 %, el área de maíz caerá 32 %, mientras que el sorgo lo hará en un 52 %.
La Jornada realizada en Soriano, contó con más de 200 asistentes, al tiempo que fue seguida a través de internet por más de 1.000 personas, confirmando el interés del productor por estos temas. (Texto de revista Crea, abril/mayo 2018).
Fuente: Todo el campo
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