Pronóstico del clima para la primavera hacen prever un panorama productivo positivo.
Las perspectivas climáticas para la primavera parecerían darle fin a la mala racha de un verano seco y un invierno frío, con mucha lluvia y barro en los campos. Una combinación negativa para la ganadería que ha significado pérdidas económicas a los productores.
“La única salida para este año malo es una muy buena primavera”, aseguró el Dr. Santiago Bordaberry Herrán. Y un pronóstico de lluvias con temperaturas normales para la próxima estación, define un panorama muy positivo y de oportunidades desde lo productivo, pero con una cuota de riesgo, que es solucionable, en lo sanitario, expresó.
Los modelos meteorológicos han aumentado las probabilidades de la presencia de El Niño para el trimestre agosto, septiembre y octubre a un 70% y para noviembre, diciembre y enero a un 80%, confirmó José María Rodríguez, asesor meteorológico.
En la región Norte del país las lluvias tenderán a estar por encima de los promedios normales para la época, mientras que en el Sur serán levemente superiores, adelantó el especialista. Y agregó: “Cerrando agosto comenzarán a verse los efectos del fenómeno, pero es muy probable que el pico máximo suceda entre diciembre y enero”.
El Niño es un acontecimiento climático potenciando por un calentamiento del océano Pacífico que suele ocurrir cada tres o cuatro años, cuyas consecuencias son lluvias más intensas versus el promedio. Rodríguez señaló que una vez superado su extremo, es factible que emprenda un proceso de debilitamiento hasta alcanzar la neutralidad. Posterior a esto, “no es posible ver más allá de estas fechas” pero “son muchas las variables que podrían suceder”.
De acuerdo con las características del fenómeno, las precipitaciones se podrán distribuir en todo el territorio, denominado Canónico; o estar más concentradas sobre la zona Norte, Modoki. El especialista dijo que el impacto se conocerá cuando El Niño ingrese al país, pero confirmó que ninguno de estos casos genera cambios en las temperaturas, por tanto éstas estarán dentro de los márgenes de la climatología.
A diferencia de lo sucedido el año pasado, el Dr. Santiago Bordaberry dijo que en 2018 el verano fue muy malo, el otoño tampoco fue bueno y el invierno se presenta frío y con lluvias abundantes; un encadenamiento que ha provocado un retroceso en el estado de los animales.
Y teniendo en cuenta los últimos diagnósticos de gestación, con resultados que no fueron malos en promedio y más después de la sequía del verano; el médico veterinario concluyó que “el entore denota el final de un proceso”, entendiendo que las vacas “se preñan o no según como haya sido el general del año”. Por tanto, los pronósticos para la primavera “vienen muy bien” y alentó para que se cumplan.
Bordaberry aseguró que lo mejor para salir de un invierno malo es un verano con una producción de pasturas por encima de lo normal. Al mismo tiempo subrayó: “Prefiero tener un invierno que debamos luchar con él y después una primavera que va a pasar por arriba de todo. Eso parecería que va a ocurrir este año”.
Buenos pastos. Por su parte el coordinador del Programa de Pasturas Naturales del Instituto Plan Agropecuario, Marcelo Pereira, sostuvo que de cumplirse las pronósticos climáticos anunciados, las tasas de crecimiento de pasturas serán muy buenas para los meses de primavera y verano. “Son las mejores perspectivas que podemos esperar”, agregó.
Explicó que los campos actualmente están con una “baja disponibilidad de pasto” como consecuencia de la escasez de agua que se experimentó en el cierre de la primavera pasada y que mantuvo su tónica durante todo el verano. De modo que esperar buenas lluvias acompañadas de temperaturas estables es el mejor panorama para dos estaciones que generan alrededor de un 60% del forraje total del año.
El Dr. Santiago Bordaberry entiende que aquellas vacas que fueron preñadas con anticipación “no están mal, la mayoría van a parir temprano y gozarán de una buena recuperación con las pasturas de la primavera”. Al mismo tiempo, si los pronósticos se prolongan, las condiciones “van a ser ideales para una buena gestación”.
Sin embargo, aseguró que el óptimo crecimiento de las pasturas viene acompañado del desarrollo de parasitosis, algunas de mayor importancia productiva y otras más bien de aspectos sanitarios, como el caso de las garrapatas que evidentemente producen pérdidas de producción o muertes, pero no son tan graves como los parásitos gastrointestinales o el saguaipé. “En una primavera llovedora y cálida, sumado a un verano que continúe en la misma línea, existe un riesgo muy grande que las parasitosis se queden con tus ganancias”, subrayó.
Afirmó que los animales ya deberían estar limpios de parásitos y preparados con vacunas para las enfermedades clostridiales, porque no pueden ser desparasitados durante la parición, para la inmunización de los terneros y aprovechar para que se transforme en un anestro posparto más corto y en mejor producción de leche.
Para los ganados que paren temprano, con terneros grandes y en exceso de forraje, también existe el riesgo que los rendimientos se vayan en leche y el beneficio lo lleve el ternero y no la vaca, explicó Bordaberry. Y recomendó: “Se debe minimizar visualizando o utilizando el ecógrafo para saber si están dando demasiada leche y pueden no entrar en celo”. O sea que “es un año para frenar la producción de leche con una tablilla o destete temporario”, agregó el especialista.
Otra alerta importante, en periodos con perspectivas climáticas como las anunciadas, es que la producción excesiva de leche con pasturas exuberantes produce dilución de los minerales. Pese a que las pasturas son muy buenas en todos los componentes digestivos (proteínas, vitaminas, energía y digestibilidad), se debe de poner especial cuidado en la suplementación mineral, principalmente con el fósforo, detalló.
Teniendo presente cada una de las consideraciones, el Dr. Santiago Bordaberry confirmó que prefiere asumir los riesgos de desparasitar un poco más y gastar en sales minerales, pero tener excelentes volúmenes de pasto en un buen momento del año como es la primavera.
Ante la vieja discusión. el especialista reiteró: “Entre invierno malo y primavera buena o invierno bueno y primavera mala, seguro elijo la primera opción”.
Fuente: El País
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