Recordó que en 2017 a esta altura del año se llevaban exportadas 2,5 millones de toneladas y este año vamos en 600 mil toneladas según los registros de Aduana. El panorama es complejo y desafiante
“Nuestra mayor preocupación es cómo se va a sembrar el área la soja, hay un área de 350 mil hectáreas que si no se le da una solución va a ser difícil que siembre”, advirtió el Lic. Ignacio Foderé, aunque agregó que “posibilidades de que se siembre hay, pero muchos colegas entendemos que si no se encuentra una solución a lo financiero, no se va a sembrar”. Por eso hay que “comenzar a trabajar con mecanismos de mayor seguridad”, seguridad no solo para los productores, sino también “al sector financiero que es muy importante”, agregó.
La campaña 2017/2018 ha sido un año negativo para la soja, en 2017 la cosecha de soja fue del orden de los 3,5 millones y este año vamos a estar en las 900 mil toneladas. Estamos hablando de 900 o un millón de toneladas, pero hay que ver las calidades porque hubo mucha soja con alto porcentaje de daños que complica la comercialización, dijo Foderé.
Recordó que en 2017 a esta altura del año se llevaban exportadas 2,5 millones de toneladas y este año vamos en 600 mil toneladas según los registros de Aduana. El panorama es complejo y desafiante, agregó.
Respecto al rendimiento promedio nacional por hectáreas, este año fue de 800 kilos y el año pasado fue de 3.000 kgs.
Para entender el impacto de los números antes dichos Foderé dijo que debemos pensar en los ingresos en nuestros hogares y pensar que “de la noche a la mañana esos ingresos caen a un 25 % cuando ya se tienen presupuestos y costos”, por eso “se plantea un desafío que muchos dicen que es coyuntural pero nosotros pensamos que es estructural”, puntualizó en declaraciones radio El Espectador.
Para salir adelante “tenemos que mirar al corto, mediano y largo plazo”, buscar soluciones” y “mitigar los riesgos”, porque a cualquier componente de la cadena de los agronegocios se “le hace muy cuesta arriba ya que con este contexto actual hay que mirar muy de cerca y con lupa el repago que vas a tener en el negocio”, expresó.
Todos tenemos muchas ganas de apoyar, pero en la medida que no tenemos garantías se hace muy difícil, lo mismo los bancos que necesitan tener herramientas e información de calidad para saber qué está pasando” en el sector.
También necesitamos que el gobierno apoye “vía fiscal o subsidio” o “con herramientas como los seguros agrícolas, y no es ninguna novedad que un gobierno apoye porque en cualquier país desarrollado eso sucede”, y además el Estado “obtiene un gran beneficio” porque la misma caída que tuvo el agro la va a tener el gobierno en el porcentaje que el agro ocupa en su presupuesto.
“Todas las partes debemos trabajar buscando soluciones en conjunto, que satisfagan a todo en el corto, mediano y largo plazo”, por eso “yo insisto en el seguro”, remarcó Foderé.
LA SOJA, NUESTRA MAYOR PREOCUPACIÓN.
“Nuestra mayor preocupación es cómo se va a sembrar el área la soja, hay un área de 350 mil hectáreas de soja que si no se le da una solución va a ser difícil que siembre”, advirtió, aunque “posibilidades de que se siembre hay, pero muchos colegas entendemos que si no se encuentra una solución a lo financiero, no se va a sembrar”.
El problema es que “no hay nadie que se pueda permitir” no sembrar, “ni el productor, ni la cadena de valor de agronegocios ni el Estado, y ese es el desafío, el de comenzar a trabajar con mecanismos de mayor seguridad”, seguridad no solo para los productores, sino también “al sector financiero que es muy importante”.
“El año pasado los seguros agrícolas a toda el área, al país se hubieran salido unos 40 o 50 millones de dólares, que para los mil millones que se perdieron hablar de que parcialmente se hubieran eliminado esos riesgos con un 5 % de costos parece una picardía”, razonó.
Foderé consideró que se puede aplicar “la obligatoriedad del registro de seguros o que el propio Estado subsidie” porque “el mundo nos está pidiendo que sigamos produciendo y tenemos al cliente ahí afuera esperando que le vendamos productos, pero si no podemos producirlos tampoco los podemos venderlos”.
LA CAMPAÑA DE INVIERNO.
Respecto a los cultivos de invierno el director de Fadisol dijo que “vienen bien” y “las proyecciones se van a cumplir a pesar de las dudas que tuvimos hace unos días cuando el clima complicó la siembra”.
Mayo fue un mes “muy complicado” a igual que “los primeros días de junio”. Hubo “mucha humedad” y cuando comenzaba a secar llovía, pero finalmente “el productor sembró bien, hubo una avalancha de pedidos de semillas, fertilizantes para hacer los trabajos a tiempo, y hoy la siembra es de mejor calidad que el año pasado”, aseguró.
Foderé precisó que como siempre ocurre “vamos a depender que el clima acompañe” pero también de la tecnología, porque “los buenos rendimientos se logran con el uso de la tecnología”, ya sea “fertilizar bien como el uso de fungicidas, herbicidas, etc”.
Fuente: Todo el campo
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